Decíamos la útlima vez que la normativa de facturación se las traía. Hablábamos, claro está, de su lenguaje. Pues si el de un modelo de factura ya puede ser enrevesado, el de la normativa de facturación se puede llevar el premio a lo indescifrable.
Está claro que ningún autónomo o empresario ha de ser un experto fiscalidad y facturación. Sin embargo, conviene saber algunas nociones básicas. Y para esto, es necesario entender sus conceptos también básicos (y muy básicos, como veremos a continuación).
En juego no está aprobar ningún examen; ni siquiera el de entender todos los cambios legislativos en sí (que no estaría mal). Sino el de poder entender lo que a uno le están pidiendo cuando, por ejemplo, ha de hacer la declaración de impuestos, ya sea del IVA, el IRPF o el Impuesto de Sociedades.