Cuando uno va a echar mano de una plantilla de factura ha de atender a ciertos requisitos fiscales.
No hablamos aquí de la necesidad de reportar el IVA o el IRPF (esto viene después), sino de la obligación de mostrar determinada información fiscal desglosada en el momento de hacer la factura.
Hablamos, en concreto, de dos conceptos fiscales:
- La base imponible.
- La cuota tributaria.
Cómo ha de constar la base imponible y la cuota tributaria en una plantilla de factura
Antes de responder a esta pregunta, conviene definir brevemente qué entendemos por estos dos conceptos tan estrechamente ligados y tan relevantes para la facturación de un autónomo y empresa.
La base imponible es la cantidad sobre la que se calculan los impuestos como el IVA y las retenciones a cuenta del IRPF. Por ejemplo, la base imponible de un libro que cuesta 20 euros con IVA incluido es la resultante de restarle el IVA del 4% (0,8 euros) al importe final (20 euros):
20 euros - 0,8 euros = 19,2 euros.
Este cálculo ya nos indica la cuota tributaria (0,8 euros), que es el resultado de aplicar a la base imponible el tipo de IVA (u otro impuesto, como la retención del IRPF), que en este caso es del 4%.
En resumen, en la factura debería quedar desglosado como sigue:
- Base imponible = 19,2 euros
- Cuota tributaria (IVA al 4%) = 0,8 euros
- Importe total = 20 euros
Estos cálculos, que durante décadas soliviantaron la vida de autónomos, empresarios y contables, resultan hoy en día innecesarios gracias a los programas de facturación online.
En este ejemplo, que hemos extraído de un modelo de factura de Debitoor, se observa claramente la base imponible del producto (9,4 euros) y la cuota tributaria respecto al IVA (1,97 euros) y el IRPF (-1,41 euros).
¿Te lías con algunos términos fiscales de la facturación? Échale un vistazo entonces al blogpost que escribimos sobre vocabulario fiscal básico para entender una plantilla de factura.