La mayoría de autónomos y empresarios deben hacer facturas con IVA, un impuesto que grava el consumo.
Hay un atajo, por así decirlo, para hacer el cálculo del IVA como quien no quiere la cosa. Y para qué guardárselo: se trata de usar un programa de facturación. Pero antes de centrarnos en esto, veamos qué es eso del IVA y cómo funciona.
¿Qué es el IVA y cuándo aplicarlo en las facturas?
El IVA, como comentábamos, es el impuesto que grava el consumo de bienes y servicios. Hay tres tipos de IVA:
- El general, del 21%.
- El reducido, del 10%, que se aplica a la gastronomía, hostelería, transporte de viajeros y equipajes, cine, espectáculos deportivos, servicios de recogida, servicios de limpieza de vías públicas, etc.
- El superreducido, del 4%, que se aplica a los llamados productos de primera necesidad: alimentos básicos (pan, leche, huevos, frutas, verduras, hortalizas), libros, revistas y periódicos (de papel), medicamentos, transporte de minusválidos, etc.
Dependiendo del bien o servicio que comercialices, por tanto, has de aplicar el tipo de IVA correspondiente en la factura. Si la operación está exenta de IVA, entonces no debes aplicar nada (mírate, si te interesa: "5 actividades exentas de IVA y cómo tratarlas en una plantilla de facutra").
Emitir facturas con IVA conlleva la obligación de declararla cada trimestre a la Agencia Tributaria rellenando el modelo 303.
¿Qué regímenes especiales de IVA he de tener en cuenta para hacer facturas?
Aparte del régimen general, hay regímenes especiales de IVA como el de régimen especial de agricultura, ganadería y pesca o los regímenes de criterio de caja o de recargo de equivalencia:
- Régimen especial de criterio de caja. Es un régimen por el que el ingreso del IVA de las facturas a Hacienda se hace cuando se cobra la factura. Hay ciertas condiciones que puedes consultar en nuestra Guía para autónomos y pequeñas empresas: Qué es el criterio de caja y cómo funciona.
- Régimen especial de recargo de equivalencia. Está pensado para el comercio minorista. Para profundizar, puedes echarle un vistazo en nuestra Guía a: Qué es el recargo de equivalencia y cómo funciona.
¿Cómo aplicar el IVA en tus facturas?
El IVA se calcula sobre la base imponible del bien o servicio. Es decir, si un bien como un libro tiene una base imponible de 10 euros, el cálculo del IVA (del 4%) se hace sobre esos 10 euros. Es decir:
- Base imponible = 10 euros.
- Cuota de IVA (4% de 10 euros) = 0,40 euros.
- Precio final: 10,40 euros.
En la factura deben ir desglosados los precios, tal y como indica la normativa de facturación. Esto es, se ha de indicar claramente, siguiendo nuestro ejemplo del libro:
- La base imponible: 10 euros.
- El tipo de IVA: 4%.
- La cuota tributaria: 0,04 euros.
Se entiende por cuota tributaria la cantidad del impuesto que se añade a la base imponible.
Hacer facturas con IVA con un programa de facturación
Y ahora viene el momento de tomar atajos. La mayoría de autónomos sigue usando modelos de factura para Word o Excel u otros programas aun más rudimentarios que permiten, incluso, el cálculo más o menos automatizado del IVA.
Hay una opción más fácil y rápida: usar un software de facturación.
En Debitoor, por ejemplo, el IVA ya está activado (para aquellos que operen exentos de IVA pueden desactivarlo fácilmente en la configuración).
Al hacer una factura, solo se debe indicar el precio antes de IVA del bien o servicio, el tipo de IVA (por defecto está el general del 21%) y el programa lo calculará automáticamente. Véase este ejemplo con dos tipos de IVA distintos:
También se puede trabajar con criterio de caja, activándolo en la configuración:
O aplicar el recargo de equivalencia en las opciones de la factura: