Como este es un espacio destinado a profanos en contabilidad aclaremos en primer lugar qué entendemos por principio de devengo.
En contabilidad se entiende por principio de devengo algo muy sencillo, aunque la definición del Plan General Contable dé un poco de miedo (mejor nos la ahorramos).
La norma dice así: cada ingreso y cada gasto debe registrarse en la contabilidad en el momento en que tiene lugar el "hecho económico", con independencia de que se haya cobrado (el ingreso) o pagado (el gasto).
El principio de devengo en contabilidad
Véamoslo con un ejemplo: prestas un servicio, haces la factura correspondiente con el flamante programa de facturación de Debitoor y se la envías al cliente.
Esa factura ya la tienes registrada en tu contabilidad aunque todavía no la hayas cobrado. Pues bien, eso es el principio de devengo: registrar el ingreso (la factura) una vez ha tenido lugar el "hecho económico" (el servicio) aunque todavía no lo hayas cobrado.
Con un gasto pasaría lo mismo. Recibes la factura de un proveedor y, por eso del principo de devengo, la registras en tu contabilidad aunque todavía no la hayas pagado.
Por qué es importante el principio de devengo
La cosa, explicada así, puede tener su sentido o parecerte una banalidad. Pero a nivel contable sí tiene su razón de ser. También conviene saber que, en determinados casos, el principio de devengo genera múltiples dudas, incluso entre los contables.
No obstante, no es intención nuestra plantearte todos los escenarios en que puede haber dudas razonables. Sino, simplemente, explicarte su importancia.
Y es que con el principio de devengo las empresas se aseguran que las cuentas anuales, que se deben presentar obligatoriamente en el Registro Mercantil, muestren con exactitud el patrimonio de la empresa.