El lujo de tener un programa de facturación online es que te permite gestionar aspectos de la contabilidad de tu negocio que, sin él, serían un auténtico infierno.
La depreciación de los activos es uno de esos aspectos que, de no existir un programa con el que llevar la facturación y la contabilidad, sería mejor que nadie lo hubiera inventado.
¿Qué es la depreciación de un activo?
Por depreciación se entiende la pérdida de valor de un bien material o inmaterial de una empresa. El concepto remite, a su vez, al cálculo sobre esa pérdida de valor.
Así, en abstracto ("bien material o inmaterial"), no estamos diciendo mucho a ojos de los profanos de la contabilidad. Por lo que valga unos cuantos ejemplos:
- El coche de empresa.
- El ordenador.
- El móvil.
- El mobiliario de la oficina.
Son cuatro ejemplos. Pero podríamos poner muchos más (maquinaria, inversiones, derechos de patente, etc.) que se caracterizan porque:
- 1) Son elementos de la empresa que no se destinan para la venta.
- 2) No se pueden convertir en líquido a corto plazo.
- 3) Son fundamentales para el funcionamiento de la empresa.
Todo estos aspectos se conocen por el concepto de activo fijo o inmovilizado. Y es solo a estos elementos de la empresa a los que se le puede aplicar la depreciación.
Y a todo esto, ¿por qué depreciarlos? Pues porque, como todo en esta vida, estos elementos están sujetos al deterioro por el paso del tiempo, su uso y la obsolescencia tecnológica.
¿Cómo calcular la depreciación en un programa de facturación?
Para calcular la depreciación de un activo, se requiere la siguiente información sobre el activo:
- La vida útil. Se trata de los años en que un activo está en funcionamiento. Por ejemplo, la vida útil de una furgoneta sería de unos 14 años.
- El valor residual, también conocido como valor remanente. Se trata del valor que se espera que tenga un activo al final de su vida útil.
Sobre la vida útil, la Agencia Tributaria tiene disponible una tabla de coeficientes sobre amortizaciones lineales que conviene consultar. La tabla es muy genérica, pero sirve para orientarse.
El cálculo sobre el valor residual responde a factores diversos inherentes a la naturaleza del activo. Conviene, ahora bien, señalar que no debe confundirse el valor residual con el valor amortizable, que es el coste de un activo menos el valor residual.
Una vez tienes estos dos valores en cuestión, en un programa de facturación como Debitoor solo tienes que introducirlos, junto al importe de compra del activo, en "Gastos". Una vez señalas la categoría, el resto es introducir la vida útil y el valor remanente:
El resto lo va controlando el programa. Es decir, el software de facturación irá calculando mes a mes la depreciación del activo en función de esos valores.
En el balance de situación (en Informes) obtendrás una panorámica completa sobre los activos de tu empresa.
¿Te interesa el tema? En nuestra Guía para autónomos y pequeñas empresas puedes profundizar en el artículo Activos, amortización y depreciación.