Hacer frente a los pagos de proveedores puede ser un dolor de cabeza para cualquier autónomo, especialmente cuando el negocio no va todo lo bien que debería.
En este punto es importante tener en cuenta la fecha de vencimiento de las facturas que tenemos que pagar. Así podremos gestionar mejor nuestras cuentas y evitar caer en situaciones desagradables, que en el peor de los casos pueden llegar incluso a comprometer la viabilidad de nuestra empresa.
¿Qué plazo tengo para pagar las facturas?
El plazo de vencimiento puede venir especificado en la propia factura, pero esto no es siempre así. En caso de que no se haya fijado una fecha concreta, y siempre que hablemos de operaciones comerciales entre empresas, o entre empresas y la Administración, aplicará lo establecido en la Ley 3/2004, de 29 de diciembre, de lucha contra la morosidad y en el artículo 33 de la Ley 11/2013.
Si no se ha fijado un plazo de pago en el contrato (la factura), éste será de 30 días naturales tras la recepción del producto o prestación del servicio. Este plazo podrá ampliarse a un máximo de 60 días naturales si se produce un acuerdo entre las partes, pero no más.
¿Qué sucede si no pago mis facturas a tiempo?
Si tienes facturas impagadas pasado el plazo de vencimiento, tu proveedor puede reclamarte el pago de las mismas más los intereses de demora. Lo más probable es que se produzca una reclamación “amistosa” y que tu proveedor trate de llegar a un acuerdo, porque al fin y al cabo lo que le interesa es cobrar y hacerlo lo antes posible.
Sin embargo, si el impago persiste, el proveedor podrá recurrir al procedimiento monitorio para solicitar el pago de la deuda. También podrá, aunque sea más complejo y engorroso, recurrir a la vía judicial ordinaria.
En un caso extremo, el proveedor también podría solicitar un concurso de acreedores, que tendría que ser adecuadamente justificado y posteriormente sería revisado y aceptado o denegado por un juez.
¿Prescriben las facturas impagadas?
Aunque existen herramientas legales para que los acreedores puedan reclamar y cobrar sus deudas, esto no siempre sucede así.
Si una factura no se ha pagado y el tiempo pasa, llega un momento en que ya no se puede reclamar su pago. Esto sucede cuando la factura impagada prescribe.
Esto no quiere decir que ya no se pueda realizar el pago de la misma, pero el acreedor pierde el derecho a reclamar la factura por cualquier vía.
En cualquier caso, y para evitar problemas con tus proveedores o incluso con la justicia, es importante que lleves un control de tus gastos (al igual que de tus ingresos). Herramientas como los programa de facturación y contabilidad te puede ayudar a agilizar y simplificar mucho esta tarea.