Esto es un caso práctico. Tan práctico que nos ha pasado hoy: un usuario que había prestado un servicio de pago al contado, se encontraba con un cliente que le pedía que primero el enviara la factura por email, que luego ya se la abonaría.
En nuestros modelos de factura tenemos un espacio reservado a las condiciones de pago, entre las que destaca el pago al contado (la opción se llama "Pagado").
Al elegir esta opción, se entiende que el pago ya se ha efectuado (por eso es al contado, claro), ¿pero qué ocurre si tu cliente quiere que se la envíes primero por email para pagártela luego?
Riesgos de aclarar mal las condiciones de pago en un modelo de factura
Respondiendo a la pregunta anterior, los riesgos de hacer una factura de pago al contado cuando esta no se ha pagado al contado son claros:
- En caso de impago, no se puede reclamar (pues la factura se entregó como pagada).
- Al haberse emitido, se ha de adelantar el IVA de la factura a Hacienda, y para que Hacienda devuelva luego el IVA costará más demostrar que no ha sido pagada (pues la factura dice que está pagada).
¿Qué hacer entonces? El sentido común nos puede decir: "Bueno, pues hasta que no la pague no le envío la factura".
No obstante, como estrategia comercial y, sobre todo, de pago, quizá no sea la más inteligente, pues así no hay forma de cortar el círculo vicioso "no te pago la factura si no me la envías antes / pero es que si no me la pagas no te la puedo enviar" y así.
¿Qué solución encontró ese usuario? Optó por la opción de la factura proforma. No es mala opción, tampoco es la mejor, pero dentro de las malas opciones quizá sea la menos mala. Ya que:
- Una factura proforma no tiene validez fiscal, por lo que si el cliente no la paga no has de declarar el IVA a Hacienda.
- Si no te la paga (una mala jugada), no tienes que contabilizarlo tampoco y aquí paz y después gloria.
¿Y por qué no deja de ser una opción mala? Pues porque al ser una factura proforma, y carecer esta de validez fiscal, luego es difícil reclamar el pago por cauces legales.
La cosa quedará entre tu cliente y tú. Hasta que este decida pagarte. O hasta que... en fin, mejor no ser mal pensados.