España es un país de pequeñas empresas o microempresas. El 95,8% del tejido empresarial nacional tiene entre 1 y 9 empleados y se dedica, en su gran mayoría, al sector servicios (el 80%), según datos de 2015 del Ministerio de Industria.
Un modelo de factura para pequeñas empresas no es otro que el modelo estándar de cualquier profesional o empresa que dictan la normativa de facturación de la Agencia Tributaria.
Contenidos de un modelo de factura para pequeñas empresas
Una factura, para ser tal, ha de llamarse así: "Factura". Ese es el principio básico para que un documento de compraventa tenga validez legal y, por tanto, fiscal.
Los siguientes puntos, igual de obligatorios para su validez frente a Hacienda, son:
- Han da constar los datos del emisor y del destinatario (el cliente): nombre o razón social (en caso de empresas), dirección (la fiscal) y el CIF o NIF. Todo dato adicional no es obligatorio (hablamos del número de teléfono, dirección de e-mail o página web).
- El número de la factura.
- Fecha de emisión y vencimiento (esta última solo en caso de que no se haya pagado al acto).
- Descripción del producto o servicio. Que debe incluir el precio neto por unidad y el número de unidades o cantidad.
- El tipo de IVA (21%, 10% o 4%) y la cuotra tributaria (el precio correspondiente al IVA). En caso de que el servicio o producto esté exento de IVA, hay que indicarlo en la factura haciendo mención a la ley de IVA 37/1992, artículo 20.
- La retención de IRPF. Solo se aplica en caso de que el cliente sea un profesional autónomo o empresa.
- El importe total a pagar.
¿Cuándo una pequeña empresa necesita un modelo de factura?
Toda empresa, sea del tamaño que sea, ha de llevar una facturación. Es decir, un registro documentado de sus ingresos y gastos.
Y eso quiere decir que toda empresa (así como todo autónomo) está obligada a hacer facturas. Pues una factura es la única forma de documentar legalmente una compraventa de un bien o servicio.
Ni tickets, ni albaranes, ni presupuestos, ni facturas proforma, ni cualquier otro documento parecido puede sustituir el valor de una factura.
No obstante, hay casos especiales en que una empresa no está obligada a emitir una factura. Se trata de los siguientes:
- Si perteneces al régimen especial de IVA de recargo de equivalencia (es el caso del comercio minorista).
- Si perteneces al régimen simplificado de IVA.
- Si perteneces al régimen especial de la agricultura, ganadería y pesca.
Ahora bien, si tu cliente es una empresa o autónomo siempre tendrás que hacer una factura. Y si es un particular, sólo en caso de que este te lo solicite.
Por último, y para no complicarte más la cabeza con la gestión de tu negocio, lo más recomendable es usar un programa de facturación. Es más ágil e intuitivo.
Y una solución, por no decir, la solución. Y en casos como Debitoor, con un diseño profesional y atractivo: