En España, las autoridades suelen hacer cosas muy singulares que nos diferencian de los países de nuestro entorno (cuando no de nosotros mismos), y me temo que no siempre a mejor.
Creamos, por ejemplo, un ancho de vía diferente (desde el siglo XIX) o nos da por crear un modelo de factura electrónica diferente a las plantillas de factura digitales estándares.
¿Qué es un modelo de factura electrónica?
La factura electrónica es, hablando en puridad, una factura digital. Es decir, una factura expedida por un programa de facturación online, a través de internet, y no de forma impresa. Hasta aquí bien. Entonces, ¿dónde está la diferencia?
La diferencia, en nuestro país, está en que la factura electrónica no solo es una factura digital, sino que tiene un formato especial destinado en exclusiva a las Administraciones públicas.
En otras palabras, que si tienes como clientes a la Administración pública, has de expedierle una factura electrónica, cuyo principal rasgo distintivo es que tiene una "firma electrónica avanzada basada en un certificado reconocido".
¿Sirve cualquier factura digital para la Administración pública?
La respuesta, aunque parezca insólita, es no. Y aquí llega la guasa del asunto, porque la Agencia Tributaria reconoce cualquier factura digital emitida por un programa de facturación, siempre y cuando la factura tenga los requisitos básicos. Que son:
- Número de la factura.
- Fecha de emisión.
- Datos del emisor y el receptor (nombre o razón social, dirección y CIF o NIF).
- Descripción del producto o servicio, incluido el precio unitario.
- Impuestos (IVA y/o retención de IRPF)
- Importe total.
El resto, como diría el dicho, son ganas de marear la perdiz, que es lo que hace la Administración pública con la factura electrónica.
Y para doblar la competencia - y redoblar los esfuerzos de nuestros ya esforzados emprendedores - ha puesto a disposición su propio formato con una información técnica de unas 33 páginas en PDF, por eso de volver a la edad de piedra digital.
¿Y qué hacer si tengo un modelo de factura digital, pero no electrónica?
Si te manejas con otras empresas (privadas) o profesionales autónomos, puedes hacer facturas con un programa de facturación online (como Debitoor) sin problemas.
Me refiero: sin problemas para ti, tu cliente y Hacienda.
¿Que algún día te sale un encargo de la Administración Pública? Pues nada, a tomar la vía de ancho especial que nos diferencia de Europa...