¿Es posible una economía de valores? ¿Se pueden trasladar a la empresa los valores humanos? ¿Son compatibles?
Estas preguntas pueden resultar un poco provocadoras para aquellos que dirigen una empresa o un negocio. Pero a nadie se le escapa que a veces, de tanto mirar el volumen de negocio, el margen de beneficio y otros datos necesarios para el éxito de una empresa, se olviden sus componentes esenciales: las personas.
Es en ese campo, justamente, en el que trabaja Marta Capellán, nuestro tercer testimonio de Debitoor. Marta lleva toda su vida trabajando "en el mundo de la empresa a través de las personas". Es decir, en el campo de los recursos humanos. Ahora se dedica al coaching.
Lo que más le gusta a Marta de su trabajo es el trato con las personas, el traer calor humano al mundo de las organizaciones.
Marta no es una revolucionaria que aspira a poner patas arriba el capitalismo. Su meta es más modesta, pero no por ello menos ambiciosa y desafiante: Marta reinvindica los valores humanos en el mundo de la economía. Su trabajo es el de hacer de intermediadora entre dos mundos: una economía de valores y "el negocio puro y duro". No se trata, por tanto, de tirar nada abajo, sino de poner en alza los valores humanos para que estos "lleguen a las organizaciones".
Marta habla de "valores, ilusiones, de aquello que te mueve". Y eso no es ajeno - o no debería serlo - a nadie en una empresa: ya podemos estar hablando de un comité de dirección, del director general o un ejecutivo. Al fin y al cabo todos buscan lo mismo: "Sentirse realizados en su fuero interno".
Sus clientes son, por tanto, las personas en su contexto sociolaboral, desde ejecutivos y mánagers a estudiantes, pasando por los miembros de un consejo de administración o un comité de dirección. Otro de sus fuertes es el coaching de carrera, es decir, el ayudar a profesionales a reorientarse laboralmente.
Una herramienta sencilla y amigable
En una de sus estaciones laborales, Marta descubrió Debitoor. "Navegaba un día por internet en busca de un programa de facturación sencillo", explica esta experta en coaching. "Buscaba poder mandar una factura de manera sencilla y poder hacer su seguimiento". Y lo encontró en Debitoor.
Marta considera Debitoor una herramienta amigable y fácil de usar para cualquier persona que se ponga por su cuenta - e incluso para una mediana empresa - y que no quiera delegar la facturación a un tercero.
Su gran motivación
Un perfil de una persona como Marta no podría acabar sin una nota humana. Si le preguntamos a Marta cuál es su gran motivación, su respuesta es clara: "Mis hijos. Eso es lo que me mueve: hacer cosas para que mis hijos estén orgullosos de mí, del mundo en el que viven y poder poner un pequeño granito de arena para que el mundo que ellos reciban sea mejor".