Víctor Valero estaba en el paro. Para matar el tiempo salía al Parque del Retiro de Madrid con su minidron. La gente, sorprendida, le preguntaba qué era eso, que dónde podía conseguir uno.
En un día de esos en los que el tiempo libre se junta con las ganas de emprender, a Víctor se le ocurrió un negocio: abrir una tienda online de minidrones.
Buscó un nombre sugerente y, aprovechando el pontencial que supone la venta por internet, fundó El vuelo del drone.
Los minidrones
Las recientes guerras en países como Irak y Afganistán nos han familiarizado con la palabra dron. Dron es una adaptación del inglés "drone" (literalmente, "zángano") y se refiere a un Vehículo Aéreo No Tripulado. Del uso militar se ha pasado al uso civil de forma lúdica. De resultas de eso tenemos los minidrones, como los que vende Víctor Valero.
Un paseo por su tienda online nos muestra los diferentes tipos de minidrones. Todos ellos se catacterizan, según nos aclara Víctor de la forma más sencilla, por ser "un aparatito volador con cuatro motores. Es como lo siguiente a los helicópteros".
El vuelo del drone con Debitoor
Como en todo emprendedor, Víctor tuvo que cuidar su contabilidad para alzar el vuelo del drone. "Soy un desastre para la contabilidad", confiesa. "No he tenido asesor; no he pensado en esto". Es ahí donde aparece Debitoor. "Es [la aplicación] que me hace la vida más fácil. Es la que me libra de todo el marrón del 'a ver cómo hago esto'".
Con Debitoor, reconoce, "todo está reducido a la mínima expresión. Todo está ordenado", por lo que puede dedicarse de lleno a su negocio.
El autoaprendizaje de un emprendedor
Víctor nos habla también de las ventajas de trabajar por su cuenta, sin otro jefe ni otra disciplina que la que él mismo se impone.
El fundador de El vuelo del drone destaca "la libertad de organizarte como te dé la gana y tomar todas las decisiones tú [mismo]", así como el aprendizaje de la autodisciplina.
Y es que como nos muestra la experiencia de Víctor, el emprendimiento es en sí un aprendizaje. En su caso consistió en salir a la calle, abrir bien los ojos y escuchar lo que dicen - y quieren - los demás.