Recientemente tuvimos un caso con un usuario de nuestro programa de facturación. Su proveedor le enviaba facturas con los importes de la base imponible y el IVA de tal modo que, al introducirlos en Debitoor, el cálculo de los importes desglosados y el importe final no coincidían con los de su proveedor.
¿Dónde estaba el problema? ¿En un supuesto mal cálculo de Debitoor, como a primera vista nos advertía el usuario? Al analizarlo, es decir, al hacer los cálculos manualmente, descubrimos cuál era el problema: el redondeo. Por parte de su proveedor, claro.
Qué hay que saber sobre el redondeo de decimales
Para empezar, aclaremos una cuestión: el importe final de una factura solo puede llevar, como máximo, dos decimales.
Así lo dice el reglamento de facturación y las distintas consultas vinculantes a la Dirección General de Tributos.
Este organismo, en sendas consultas de 2006 y 2009 sobre el redondeo de decimales en los contenidos de una plantilla de factura, aclaraba:
- Los precios de servicios y bienes pueden llevar más de dos decimales.
- El importe final de la factura, esto es, el importe a cobrar solo puede llevar dos decimales.
La regla de redondeo que se ha de seguir es una regla matemática básica: si el tercer decimal es superior a 5, se redondea por exceso. Por ejemplo: 1,116; 1,117; 1,118; 1,119 se redondearían por 1,12.
Si, en cambio, es igual a 5 o inferior, se redondea por defecto. De nuevo un ejemplo: 1,111; 1,112; 1,113; 1,114; 1,115 se redondearía por 1,11.
Cómo redondea los decimales el programa de facturación de Debitoor
En Debitoor solo es posible hacer facturas con dos decimales. Lo mismo con los gastos y el precio de los productos.
Así que si recibes una factura de un proveedor con productos con más de dos decimales recuerda siempre lo dicho en el apartado anterior para evitar errores o redondeos equivocados.