Marta Capellán
Su nombre es Marta Capellán y lleva toda su vida trabajando, como dice ella, "en el mundo de la empresa a través de las personas". Marta ha trabajado en el área de recursos humanos y desde el año 2003 en el campo del coaching.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Las personas. Es el calor humano. Es el estar viviendo en un mundo en el que vivimos, un mundo de empresas, un mundo de dinero, un mundo de valor a través de negocio, pero la parte que yo toco es la parte humana, es la parte de dar brillo a lo que es la obligación de trabajar.
¿Cuál es el objetivo de tu trabajo?
Pues que los valores humanos lleguen realmente a las organizaciones. Es decir, esa idea de una economía de valores, donde busquemos un poco más el hacer un bien global a todos, versus el negocio puro y duro. En definitiva, se habla mucho de valores, de realmente qué es lo que te mueve, de ilusiones, aunque el marco sea, a lo mejor, un comité de dirección, un director general o un ejecutivo. Al final todos buscan lo mismo, ¿no? Sentirse realizados en su fuero interior. Ahí es verdad que se va un mayor peso. Y mis perfiles son ejecutivos, managers, coordinares, directivos, comités de dirección… Algún consejo de administración también he trabajado. Y mujeres directivas, por ejemplo. Pero por otro lado me encanta poder trabajar con estudiantes que quieren saber qué quieren hacer en la vida o con profesionales sin más que quieren dar un giro en su vida y el ámbito profesional para ellos es importante. Por lo tanto, eso se llama más coaching de carreras y también lo tocamos.
¿Cuál es tu principal motivación a día de hoy?
Si quieres que te diga la verdad, mi motivación ahora mismo son mis hijos. Son mis hijos porque cuando eres madre de una niña de dos y de un niño de seis, la niñez la tienes muy cerca y te das cuenta de lo importante que es las cosas que hacemos en este mundo, ¿no? Y eso es lo que me mueve, hacer cosas de las que mis hijos estén orgullosos de mí, del mundo en el que viven y poder poner un pequeño granito de arena para que el mundo que ellos reciban sea algo mejor.
¿Cómo conociste Debitoor como programa de facturación?
Lo conocí navegando por Internet. Yo necesitaba algo muy práctico y que me diese lo que buscaba, que es poder mandar una factura de una manera sencilla, y poder hacer un seguimiento de algo desde un punto de vista sencillo. Y lo encontré ahí.
¿A quién recomendarías Debitoor que tuviera que hacer facturas?
Yo recomendaría Debitoor a aquellos profesionales, a los emprendedores y personas que tengan un volumen medio e incluso alto pero que crean que son capaces de hacerlo ellos, que no quieran delegarlo porque es muy amigable. Entonces sí que creo que es una herramienta muy sencilla para cualquier persona que se ponga por su cuenta e incluso una mediana empresa.